¿Cómo podemos saber cómo se sienten los demás?

Ismael: ¿Diga?
Sara: ¡Hola, Ismael!
Ismael: ¡Hola, Sara! ¿Cómo estás?
Sara: ¡Yo, muy bien! Pero estoy algo preocupada. Mis padres me han enseñado la foto de la Freser y me han contado un poco lo que ha pasado.
Ismael: ¡Sí! ¡Es toda una aventura!
Sara: Pero… ¿cómo fue?
Ismael: Empezó hace un par de días. Como cada anochecer, fuimos a los prados a buscar los bueyes y las vacas para llevarlos al establo, pero vimos que la vaca Freser no había vuelto. Estábamos muy preocupados porque es una vaca muy miedosa. Además, estaba preñada y su estado era muy avanzado. Así que nos pasamos toda la noche buscándola sin encontrarla. Yo estaba cansado, pero sobre todo estaba muy triste y preocupado. Al día siguiente continué buscando a la Freser sin parar, hasta que por fin, la encontré en el bosque, escondida entre unos matorrales. Estaba asustada y no quería salir. ¡Me quedé a su lado, intentando que volviera al establo, pero no había manera! Esta mañana me di cuenta de que el ternerito iba a nacer, pero también de que habría problemas con el parto. Así que con la ayuda de Lía, José y Olivia nos pusimos a trabajar rápidamente. Sabíamos que, si no la ayudábamos, tanto la Freser como su cría podían morir. Pero después de muchos esfuerzos, ¡nació el ternerito! La Freser escaba tan contenta que empezó a lamerme como una loca. ¡Es su manera de dar besos! Y entonces, me eché a llorar.
Sara: ¡Sí, lo vi! Yo habría hecho lo mismo. Seguro.
Ismael: Pues ahora ya puedes venir a verlos. La Freser y el ternerito te esperan.
Sara: ¡Qué ganas! Pediré que me lleven este fin de semana.
Ismael: Cuando queráis. ¡Ahora ya estamos todos!

